jueves, 4 de agosto de 2011

Ma... drid.

‎Aquella niña con cuerpo de mujer era como Madrid, no pasabas tú por ella, ella pasaba por ti. Podías hacerle daño mientras te dejara anidar en su pecho, más del que puedes imaginar, pero jamás te reirías de ella. Hacía siempre lo que sentía, y no todo el mundo tiene huevos para hacer eso. Pero tú, tú eso ya lo sabes. La dejaste un día, la necesitaste todos los siguientes.

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